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FRAGMENTO DE BASES PARA LA FORMULACION DE UN NUEVO PROYECTO NACIONAL III

bases3“…Un día dije que la pregunta no es el ‘qué’ sino el ‘cómo’: cómo vivimos ó cómo queremos vivir, cómo es y cómo debe ser el mundo y la vida. Pero cada cual se pregunta el ‘cómo’ de diferente manera. Lo importante es sentir la satisfacción interior que indica que uno no está equivocado…»

Carlos “Pingulis” Hobert

“…Comparado con la dignidad que hemos sabido conquistar, el diagnóstico de esta realidad no puede ser otro que el de catástrofe. Escenarios nacionales de post guerra en otras latitudes y culturas, no han reclamado de sus hijos penurias mayores que las nuestras. Si un destino de grandeza de la Patria y la definitiva implantación de una JUSTICIA SOCIAL irrestricta fuesen la recompensa inmediata o lejana de nuestros males, ¿qué duda cabe que aceptaríamos estos y mayores sacrificios en silencio?

Pero no es así. Hay una Argentina que navega y otra que se ahoga.
En las últimas casi cuatro décadas, todos los sectores del campo del Pueblo y sus estructuras fueron diezmados, pero en particular la clase trabajadora ha sido literalmente fragmentada, precarizada, esclavizada y excluida.

Como no podía ser de otra forma,todo ello fue acompañado de la degradación lisa y llana de la industria nacional; la venta a “precio vil”del patrimonio nacional construido por el esfuerzo de varias generaciones; el sometimiento abierto e hipócrita al capital lumpen-financiero y la entrega a través de acciones ilegales e ilegítimas de los recursos naturales estratégicos para el desarrollo nacional, y por lo tanto de su renta por explotación.

Asistimos avergonzados al triste espectáculo de ver sometido lo mejor de nuestros territorios, extensas áreas rurales cada vez más deshabitadas y monoproductoras, invadidos por cultivos transgénicos y agrotóxicos, con el destino principal y casi excluyente del mercado externo, desplazando de esta forma el uso de suelos, en significativas superficies, otrora dedicadas a la producción agrícola-ganadera cuyo destino principal era el mercado interno.

De este modo, la “participación”que se nos pide es ser cómplices en la ruina de “los que trabajan” y en el consentimiento de la entrega del patrimonio del PUEBLO. Y eso no estamos dispuestos a aceptar en tanto clase trabajadora nacional, como punto primario e irrenunciable de aglutinación.

Para dimensionar el retroceso,notemos que el mismo Alejandro Bunge enfatizaba ya en 1937: “¿Cree alguien, sinceramente, que todo está en orden y que no haya motivo para amargas insatisfacciones? –se preguntaba-. Piénsese en aquella parte de la población lejana que carece de agua potable; en los que en el norte tienen por viviendas dos paredes en ángulo y un techo; en familias que cualquiera sea su número y la edad de los que la forman,viven en Buenos Aires en una sola pieza; en los casos en que alguna de esas personas así hacinadas padece una tuberculosis abierta; en los agricultores seminómadas que viven en ranchos miserables sin huerta,sin un árbol, sin oportunidad espiritual alguna; en los hombres que viven sin más imagen del Estado y de los intereses generales que el agente de seguridad de la esquina”.

Los conceptos sin las instituciones son vacíos, y estas sin aquellos son ciegas, toda crítica ideológica, sin las estrategias que pongan en práctica la propia, queda vacía e infecunda, y toda estrategia que no se apoye en una ideología arraigada en el suelo en que aquella se mueve resultará ciega y no menos estéril. En base a esto es que ponemos a consideración de los miles de militantes peronistas, y de todos los que forman parte del campo del PUEBLO este sumario de propuestas de políticas programáticas de Estado.

Para los incrédulos, devenidos enoportunistas, basta con recordarles que la obra de gobierno sustentada en la fuerza social de los trabajadores organizados y encabezada por el General Juan Domingo Perón y Eva Perón, plasmó una Argentina en la que en muy pocos años se ubicó a la vanguardia de la investigación de la fisión nuclear, exportaba heladeras y tornos a los Estados Unidos, fabricaba locomotoras de diseño propio y aviones a reacción cuando sólo otros cinco países del mundo lo hacían. Tanques, automóviles, puentes y muchos miles de kilómetros de rutas. Una flota fluvial de ultima generación que llegó a ser la primera del subconsciente y la cuarta del orbe; de los astilleros argentinos se botó el barco mercante de mayor tonelaje de América latina. Se inauguró el aeropuerto internacional más grande y seguro de su tiempo. La fábrica militar de aviones y los complejos siderúrgicos de Zapla y San Nicolás. Se elaboró tolueno sintético y se contó con una planta petroquímica de avanzada.

En ese tiempo, el país produjo todo el carbón, el aluminio, el gas y el petróleo que consumía. Se concretó una planta y un plan nacional de energía atómica modelo. Se duplicó la renta nacional hasta alcanzar la mitad del producto bruto suramericano y la mitad del producto bruto industrial latinoamericano. Se redistribuyó la riqueza en forma espectacular,como nunca antes ni después.

La clase trabajadora terminó participando en el cincuenta por ciento del producto bruto y gozando de pleno empleo y de las mejores y más avanzadas leyes sociales de la historia.
Se instituyó la jubilación, el aguinaldo, las vacaciones pagas, la indemnización. Se nacionalizó el Banco Central, hasta entonces dominado por capitales privados, los depósitos bancarios y el sistema de redescuentos.

Se nacionalizó el patrimonio de los argentinos, el comercio exterior (mediante el Instituto Argentino para la

Promoción del Intercambio-IAPI), los servicios públicos de infraestructura y transporte, los ferrocarriles, los telefonos, el gas, las compañìas de electricidad y la flota aérea mercante argentina, que derivó luego en Aerolíneas Argentinas, y se promovió un fantástico plan de obra pública.

Hacia 1952, por primera vez en su historia, la Argentina se vio totalmente libre de deuda externa y su ingreso “per cápita” era de más del doble del de España y más del cincuenta por ciento del de Italia. La población estudiantil universitaria creció de sesenta mil a trescientos ochenta mil alumnos. Se creó la Universidad Obrera (hoy Universidad Tecnológica Nacional-UTN).

Nuestra dignidad no reconoce medidas en las abstracciones retóricas “modelo”, “inclusión”, “derechas”, “izquierdas”, “progreso”,“gobernabilidad” y demás charlatanerías de lenguaraces del privilegio;conocemos la dignidad que supimos conquistar,en la exacta medida en la que fue usurpada. En lo inmediato no pretendemos mucho más, pero no nos conformamos con menos.

La Nación aporta legitimidad plena al Pueblo. Y también aporta una legitimidad plena al Estado, al cual por sí mismo le bastaría la mera legalidad. Como hijos de una misma tierra, necesitamos saber por qué, para qué y con qué garantías aceptaríamos someternos al Estado, para participar protagónicamente en su construcción. Y esas garantías no son –como se pretende- sólo meras declamaciones normativas de textos constitucionales groseramente transformadas en letra muerta. Las garantías son las que indica la CONCRECIÓN de la JUSTICIA SOCIAL,ya que sin ellas el PUEBLO queda reducido a masa amorfa e Inorgánica…”

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