Memoria Popular

INFORME ESPECIAL: A 56 AÑOS DE LA TOMA DEL FRIGORIFICO LISANDRO DE LA TORRE – UNA BATALLA POR LA PATRIA – TESTIMONIO DE SEBASTIAN BORRO

LA TOMA DEL FRIGORÍFICO LISANDRO DE LA TORRE

Hacia fines de 1958 el gobierno de Arturo Frondizi abandonó rápidamente su retórica de desarrollo industrial nacional para inclinarse hacia una industrialización dependiente del capital extranjero y del imperialismo.

La Argentina ingresaba a una crisis crónica de balanza de pagos y, a cambio de un préstamo del FMI, Frondizi se comprometía a la aplicación de un llamado Plande Estabilización, basado esencialmente en la liberalización del mercado cambiario, la devaluación del peso y un enorme estímulo a la inversión extranjera mediante rebajas impositivas, permiso ilimitado para remesa de beneficios al exterior, reducción radical de tarifas aduaneras, suspensión de control de precios y restricciones comerciales.

Junto con esto, la congelación salarial, el aumento drástico de tarifas, la reducción del gasto mediante la paralización de la obra pública y el despido dela planta de empleados públicos de 40.000 agentes, además de privatizaciones en el sector petrolero, productivo y de servicios. Bah, la clásica receta del Fondo Monetario, pero que entonces sonaba novedosa…

La resistencia y la lucha contra ese plan alcanzó su pico más combativo a mediados de enero de 1959, tras la privatización del frigorífico Lisandro de la Torre.

El día 17 de enero el ejército, con tanques, desalojó a los obreros huelguistas de la planta. Cientos fueron encarcelados. Una década antes que el Rosariazo y el Cordobazo, en una comuna de alcances, metodología y conciencia verdaderamente revolucionarios, el pueblo de la ciudad de Buenos Aires protagonizó una heroica gesta tras la toma por sus nueve mil obreros del frigorífico municipal Lisandro de la Torre para enfrentar a la privatización ordenada por el gobierno. Los objetivos, los métodos, y la organización propia de la clase trabajadora, arrastró tras de sí al barrio entero, Mataderos, que dependiente de la vida y funcionamiento de la gigantesca fábrica, se plegó en una insurrección popular inusitada, mientras millones de trabajadores participaron de la huelga general de solidaridad, impuesta por el ímpetu y la fuerza de los hechos, a la conducción vacilante de la CGT.

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En el Lisandro se faenaban un millón y medio de kilos de carne vacuna por día, además de ovina y porcina. La importancia del Lisandro de la Torre para una política nacional de carnes era inmensa, pues regulaba a todos los demás, y permitía al Estado recuperar una gran cantidad de divisas provenientes de su cuota de exportación, a la vez que fijaba el precio al consumo.

Conocida la noticia de la privatización del frigorífico más grande de América latina, los trabajadores se organizaron para resistirla. La fábrica contaba con un sindicato autónomo ganado por una lista peronista de línea dura conducida por Sebastián Borro, y un poderoso y disciplinado cuerpo de delegados que funcionaba con mandato democrático de asamblea. Los obreros se preparaban para rechazar la privatización.

Tenían un contra-proyecto para aumentar la productividad y el rendimiento de la planta mediante la adquisición de maquinaria para la utilización y aprovechamiento del sebo, la cerda, la sangre, las pezuñas, etcétera.

Al decir de los trabajadores: -Lo único que no pudimos lograr fue una forma de industrializar el mugido.
Tenían además un argumento de hierro para justificar el mantenimiento del establecimiento en manos del Estado: el frigorífico había servido como un enorme freno contra las empresas monopólicas. El 14 de enero, sin embargo, se sanciona la ley de privatización. Una asamblea de los trabajadores decide la toma y el paro por tiempo indeterminado. Se pide a las 62 Organizaciones,además, que convoque a un paro general. Se forman grupos de obreros para cuidarla maquinaria, evitar sabotajes y atender a los animales.

Previendo la posible represión y basados en experiencias anteriores, organizan la defensa: mantener la caldera encendida para resistir con mangueras de agua caliente; apostar un grupo de obreros para largar la hacienda acumulada si entraban a desalojarlos. Otra comisión visita comercios y vecinos buscando ayuda solidaria. Dos horas después de tomado el frigorífico, decenas de miles de personas rodean la planta en señal solidaria. Durante toda la jornada la fábrica será el centro organizador: estudiantes, vecinos, familiares, comerciantes,todos participarán. La prensa nacional se apostaba en la entrada, ante el portón en el que se cuelga una bandera que reza -En defensa del patrimonio nacional.

4fc6822514e9c_800x520Ante la proclama de la huelga, el Comando Nacional de la Resistencia peronista,a través de John William Cooke, declaraba: (…)Los agentes del imperialismo,desde los cargos oficiales, utilizan el monopolio de la propaganda para atribuir a la huela general los móviles más aviesos y las complicidades más absurdas. (…) Esta huelga es política, en el sentido de que obedece a móviles más amplios y trascendentes que un aumento de salarios o una fijación de jornada laboral. Aquí se lucha por el futuro de la clase trabajadora y por el futuro de la nación. Los obreros argentinos no desean ver a su patria sumida en la indignidad colonial, juguete de los designios de los imperialismos en lucha. (…) En un país sometido al capital foráneo, no hay posibilidades de desarrollo nacional. Tampoco puede existir una justa participación de la clase trabajadora en la conducción política, ni en el reparto del producto social. (…) Si los medios de lucha que ha usado no son del agrado de los personajes que detentan posiciones oficiales, les recordamos que los ciudadanos no tienen posibilidad de expresarse democráticamente y deben alternar entre persecuciones policiales y elecciones fraudulentas. No es posible proscribir al pueblo de los asuntos nacionales y luego pretender que acepte pasivamente el atropello de sus libertades, a sus intereses materiales y a la soberanía argentina. No sé si este movimiento de protesta es -subversivo-eso es cuestión de terminología, yen los países coloniales son las oligarquías las que manejan el diccionario. (…)Por ello el pueblo está en su derecho de apelar a todos los recursos y a toda clase de lucha para impedir que siga adelante el siniestro plan entreguista…

Como representante de Frondizi, el jefe de la Policía Federal,el capitán Ezequiel Niceto, negocia con los obreros y les conmina a que reanuden el trabajo. Les sugería además que pensaran en hacer una cooperativa para arrendar el frigorífico. Los obreros rechazan la propuesta. Al día siguiente se comunica la decisión gubernamental: -Si se mantiene la huelga y la ocupación, el Poder Ejecutivo actuará con toda decisión y energía. Los representantes obreros responden: “…el gremio ha decretado la huelga en una asamblea, y nosotros, que somos los representantes del gremio, la haremos cumplir hasta que sea derogada la ley…”

A la medianoche del día 16, el Ministerio de Trabajo declara ilegal el paro y ordena desalojar el establecimiento a las 3 horas del día 17 de enero. Se desencadena la represión.
Los piquetes obreros colocados en cada esquina dan la alarma. A la madrugada,veintidós ómnibus cargados de agentes federales se aproximan al frigorífico.

La fuerza represiva sumaba 2.000 hombres. Un tanque militar atropella el portón de la entrada y comienzan los bombazos. Más de 6.000 obreros reunidos alrededor del mástil en el patio de la planta, comienzan a cantar el himno nacional. (-Sien ese momento la gente hubiera tenido algo en la mano no sé lo que hubiera sido capaz de hacer. ¡Realmente era un sentimiento de odio y de bronca! […]Un ladrillo, cualquier cosa querían tirarle al tanque, cualquier cosa…).Algunos corren a refugiarse de las balas y gases policiales; otros, cuchillo en mano, se abalanzan contra la policía.
Quienes tenían la misión de largar la hacienda lo intentan en vano.
En la huelga de 1948 las largamos y fue una estampida de decenas de miles de cabezas que se llevaba todo por delante, no quedaba nadie, ni policías ni nosotros. En cambio en el 59 salieron, pero al trotecito, y se pusieron a comer el pasto de las veredas: parece que las vacas también habían hecho su experiencia…. Luego de largas horas de una heroica resistencia, los obreros finalmente serán desalojados.

Las 62 Organizaciones, al frente de la CGT, decretan el paro nacional.

Sin organizar la medida y sin tomar ninguna precaución, los dirigentes vuelven a sus respectivos sindicatos Al llegar, uno a uno serán detenidos: la burocracia se quitaba así de encima la responsabilidad de garantizar el paro que había declarado.
La huelga quedó en manos de nuevos y jóvenes dirigentes. A pesar de la ausencia de dirigentes de primer nivel, el paro se siente fuerte en todo el país.

Fue la primera huelga general por tiempo indeterminado de la historia nacional.Los trabajadores de los frigoríficos privados Swift y Armour se pliegan a la huelga con una combatividad tal que el gobierno sólo pudo detenerla mediante una brutal militarización y represión en toda la zona.

El vicepresidente José María Guido, a cargo del Ejecutivo por ausencia del presidente, se dispone a movilizar a las Fuerzas Armadas mientras los medios de comunicación anunciaban la posible aplicación del Plan Conintes (mediante el cual el gobierno movilizaba al aparato represivo de las Fuerzas Armadas ante casos de CONmoción INterior del EStado, y determinaba el juicio a civiles por tribunales militares).

Tras el desalojo, el enfrentamiento se trasladó al corazón del barrio de Mataderos. Durante cinco días, militantes, obreros, vecinos y comerciantes se enfrentaron a la policía y al ejército! en feroces batallas con características de insurrección urbana.
La clase obrera de la zona se transformó en el dirigente espiritual de la población vecina. Era la industria frigorífica predominante quien gobernaba y ordenaba la existencia misma de todo ese complejo urbano.

Los lazos informales de la familia, la vecindad y el lugar de trabajo adquirieron una potente homogeneidad, reforzada en su máxima expresión cuando el Estado y su aparato represivo se aprestó a atacarlos. Estos lazos primarios fueron los que comenzaron de entrada a proveer la seguridad y defensa a los obreros y activistas en un plano que ninguna organización formal podía igualar.
El barrio vivió una conmoción: en la calle, ¡con las manos!, se levantaron las vías del tranvía. Se hicieron barricadas arrancando el adoquinado, se derribaron árboles, se acumulaba madera, se prendía fuego.Participaba todo el mundo, los obreros, los militantes, los familiares y los vecinos. Inclusive los comercios se adhirieron, porque era una lucha que le pertenecía a todo Mataderos.
Durante la noche, los propios vecinos, junto a los obreros, cortaban la iluminación para impedir el ingreso de la policía. Los trabajadores de las inmensas fábricas vecinas, Pirelli y Federal, se unieron a los del frigorífico.

Finalmente, toda esta enorme energía será desarticulada.

El frigorífico será privatizado a mediados de 1960 y entregado a la CAP (Corporación Argentina de Productores de carne), que lo mantendría durante años con suculentos subsidios del Estado. (El complejo se le vendió a la CAP en 380 millones y se le dieron 500 millones para reconvertirlo; sin embargo, la CAP sólo terminó pagando en concepto de compra, de esos 500,38 millones: todo una anticipación del modus operandi de los 90). Más de cinco mil obreros quedarían en la calle y sus dirigentes fueron detenidos.

El control que la organización obrera había ejercido sobre la producción fue progresivamente debilitado y nuevas condiciones de productividad fueron impuestas.

La represión, el aislamiento y el abandono de la conducción sindical debilitaron al movimiento huelguístico. La burocracia sindical peronista levantó la huelga replegada tras las espaldas del gobierno, temerosa de perder las tibias prebendas cedidas por Frondizi y de la energía con que la clase trabajadora, arrastrando a la mayoría de los sectores populares, tomaba en sus propias manos la lucha contra el plan de entrega reaccionario y la defensa delo nacional.

A pesar de todo, el proyecto desarrollista de Frondizi quedó definitivamente en el basurero de la historia, pero la resistencia de los obreros del Lisandro de la Torre permanecerá por siempre en la memoria histórica de los trabajadores argentinos.
Alejandro Pandra

REVISTA EL DESCAMISADO, ENERO DE 1974 – UNA PAGINA GLORIOSA DE LA RESISTENCIA PERONISTA – TESTIMONIO DEL COMPAÑERO SEBASTIAN BORRO – EXTRACTO

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Han pasado quince años desde aquel 16 de enero de 1959. Un año que se vino caliente y estalló en el barrio de Mataderos sacudiendo los cimientos de la variante desarrollista del sistema.

1959 se iniciará con la huelga más grande de todo el periodo de la Resistencia. Mientras Frondizi cierra sus valijas y parte a los Estados Unidos a formalizar la entrega, el país comienza a incendiarse con la huelga y ocupación del Frigorífico Nacional Lisandro de la Torre, que se propagará hasta el paro general revolucionario por tiempo indeterminado que decretan las 62 organizaciones. Si bien el paro morirá a los pocos días por la traición de muchos dirigentes, fundamentalmente por la falta de organización que permitiera concretar objetivos, marcan un hito en que se detendrán durante muchos años los análisis que traten de estructurar un proyecto dé reconquista del poder. El ejemplo de lucha y entrega de los principales protagonistas: los obreros del frigorífico,

servirá para sostener la invalidez de las tesis salvadoras que se separan de un hecho irrefutable, la conciencia de los trabajadores peronistas. Los mismos que durante 18 años ensayaran todos los métodos, desde la resistencia del caño hasta el sabotaje personal contra los medios de transporte, desde la experiencia de la guerrilla rural hasta el proyecto integral de los Montoneros.
Corre el mes de enero de 1959.

PRESTEN TODOS ATENCIÓN

Acá la historia la empieza a contar Sebastián Borro. Un dirigente gremial al que no se lo tragó el desarrollismo ni los cantos de sirena de los militares. Fue uno de los líderes indiscutidos de lo que se vendría unos días después. Escuchémoslo:
“Al conocer la noticia de esta reunión por los diarios, nosotros nos reunimos el 12 mismo y resolvimos realizar una manifestación frente al Congreso. El miércoles 14 llegamos varios miles y el pueblo se iba agregando. También llevábamos un ternero al que los muchachos le habían pintado: no me vendan. El ternero no les gustó a la policía y lo metieron preso juntoa mi hermano y otros dos muchachos.”

“Habremos entrado al Congreso unas 400 personas y nos fuimos al Bloque de la UCRI, se imagina 400 personas ahí adentro. Lo vimos a Gómez Machado, presidente del Bloque, que estaba sentado, y cuando levantó la vista y nos vio el hombre se asustó un poco y nos pidió unas horas para hablar con Frondizi. Como a las 11 de la noche volvió y nos dice que habla hablado con Frondizi, y que éste se comprometía a que la Ley no saldría hasta que nosotros, los dirigentes gremiales, no habláramos con él.’”

“Cómo dice Sr. Gómez Machado? —pregunté— y lo repitió. Yo lo que quería es que quedara muy claro ante los periodistas que escuchaban. Como sabíamos que era tramposo podíamos caer en la trampa, cosa que después nos sucedió. Pero con la palabra empeñada nos fuimos en manifestación hasta el Once y ahí desde una garita improvisamos un acto. Qué paradójico, en el camino nos encontramos con el dirigente de la Federación de la Carne, Euleterio Cardoso y la gente lo vitoreó y le pidió que hablara. Ya teniamos algunas dudas sobre él, que el tiempo las confirmó. Poco tiempo después me entero que Euleterio Cardoso tuvo participación en la Ley de Carnes. Porque en esta Ley hay un artículo que establece una subvención al gremio de la carne por el faenamiento; en el año 60 entraron al sindicato por esto unos “30 millones de aquellos tiempos. Pero esa noche teníamos un presentimiento fulero. Cuando la gente se volvió a las casas, desandamos Rivadavia hasta el Congreso y hablamos con Perette. Este nos dice: “quédense tranquilos que la UCRP no le va a hacer quorum”.

“Pero el quorum lo hace Frondizi trayendo legisladores lisiados o imposibilitados de caminar en sillas de rueda para que votaran la ley. Yo lo ignoraba, porque eso ocurria mientras yo volvía a casa. A las cinco de la mañana me caí rendido sobre la cama y a las siete mi mujer me despertó con la noticia de que la Ley se había aprobado.”
El 15 de enero dos títulos compiten en las páginas de los diarios: En Argentina quedó sancionada la ley de carnes, en Cuba sigue a todo vapor la justicia sumaria y los yankis protestan. También se informaba sobre la manifestación realizada frente al congreso rodeado por la guardia de infantería. El estribillo hegemónico entonado por los manifestantes habla sido: Que si, que no, Frondizi se vendió. El matutino La Nación relataba un incidente registrado frente al 1785 de la calle Rivadavia: “al terciar una persona en uno de los improvisados debates callejeros sobre el problema, un obrero lo interrogó para saber con qué autoridad hablaba, obteniendo como respuesta que se trataba de un legislador—era el Sr. Ponce de León— la reacción de los presentes fue inmediata y poco tranquilizadora para él, por lo que debió refugiarse en un comercio cercano,desde el cual poco después se trasladó a la Cámara”.

·SE VA ACERCANDO LA HORA DE LA REBELIÓN

El día 15, a las cuatro de la tarde,la delegación citada por el presidente llega a la quinta de Olivos y se le impide la entrada. Se produce un fuerte intercambio de palabras entre el oficial de guardia de la residencia y la delegación gremial.

—Pero dígale al Presidente que Gómez Machado nos citó en su nombre.
—El Sr. Presidente dice que él no los citó.
—Dígale que se deje de engrupimos y que nos atienda, acá se está burlando delos trabajadores.

No había nada que hacer, un rato más tarde Frondizi les hacia llegar una invitación con el jefe de la custodia, que fueran a ver al Ministro de Trabajo Allende y al dirigente sindical Cardoso. Borro recuerda que llegaron al Ministerio y que Allende les pidió un rato para hablar con Frondizi. Mientras tanto lo visitaron a Cardoso pues el sindicato de la carne quedaba a unas cuadras.

“Lo encaramos a Cardoso y le preguntamos, che, ¿vos qué sabes de todo esto?”.“Yo no sé nada, nos dice, lo único que sé es que vino una comisión de Coordinación Federal a buscarlos acá”. .
“No vaya a ser que vos estés metido en esto, le digo”.
“No hermano —se defendió—, cómo pensás esto.”
“Pero si no tenia nada que ver. cómo no nos habla avisado”.

“Volvimos al Ministerio y Allende se habla retirado porque tenia que resolver unas tareas importantes. Nos hablan engrupido de lo lindo. Entonces nos fuimos a las 62 que en esa época funcionaba en donde hoy está el sanatorio de la UOM, en H. Yrigoyen. Ahí le pedimos a Avelino Fernández que nos acompañaran a la Asamblea que nos esperaba en el Frigorífico”.

“Es de madrugada cuando se resuelve, la ocupación, todavía no es la huelga,sino la ocupación inmediata”.
El viernes 16 de enero, la noticia se desparrama por la ciudad, ha sido ocupado el Frigorífico de Mataderos.

Cuando los militantes se enteran, comienzan a largarse hacia allí. Primero llegan los vecinos del barrio. A través de los barrotes de la entrada se estrechan las manos fraternalmente. El comercio de la zona cierra en adhesión.

Los colectivos y tranvías cuyo recorrido toca Mataderos exhiben sendos carteles y leyendas con
pintura blanca informando de la medida obrera.

Esa tarde, la conducción gremial del frigorífico consigue entrevistarse con Frondizi. Es éste, el que ahora los llama para conversar preocupado por los acontecimientos que se desencadenan. La entrevista es infructuosa. Y al finalizar, los representantes vuelven al mástil del Lisandro donde esperan 9.000 trabajadores. En la calle los manifestantes que acudieron solidariamente superan los 30.000.

LOS TRABAJADORES DECIDEN SU DESTINO

Borro vuelve a revivir esa asamblea una vez más.

“Jamás me podré olvidar de esa asamblea. Yo les expliqué palabra por palabra lo que había pasado con Frondizi. Después, hasta que se decidió la huelga, porque hasta ese momento era sólo ocupación, hablaron 45 oradores. Fue unánime la decisión. Allí recuerdo que apareció Cooke. Y quiero aclarar algo, se ha dicho que Cooke organizó la huelga y eso no es cierto. Cooke se solidarizó sin límites, pero la huelga fue realizada espontáneamente por toda la gente,hombres y mujeres, del Frigorífico.

El mismo día, a las ocho de la noche, el jefe de policía Niceto Vega lo llama a Sebastián Borro y le dice: “lo llamo Borro porque de una vez por todas tenemos que hablar claro. Fíjese que en la asamblea han hablado comunistas”.

“Sí señor —le contesta éste— en la Asamblea han hablado comunistas, radicales, socialistas y todos aquellos que tengan el carnet de afiliado. Es que ustedes no han pregonado tanto que durante el gobierno de Perón no hubo democracia sindical,cosa con la que yo no estoy de acuerdo porque existió la democracia de acuerdo a las circunstancias. Si tanto hablan de que no existió democracia, entonces de qué se queja ahora. Yo la democracia la aplico asi, aunque a usted no le guste.La democracia es darle a todos participación respetando sus derechos. En laguir a los comunistas los persigo a nadie, si usted quiere perseguir a los comunistas los persigue usted como jefe de policía, yo como dirigente gremial voy a defender sus derechos. Asi que si usted me llamó para esto terminamos la conversación.”

Al otro día, el jefe de policía Niceto Vega declara ante la prensa que para llegar a un acuerdo los trabajadores deben aceptar un memorial de 9 puntos. Entre ellos descuellan algunos.El primero establece: tener confianza en la palabra del Presidente. El segundo:no prestarse a juegos políticos o gremiales extraños al frigorífico, ayer elementos extraños usaron del micrófono. El tercero: se recomienda que en las Asambleas los que hablen y dispongan sean los miembros de la Comisión Directiva.El último de los puntos afirma: Aclaro que como jefe de las fuerzas policiales estimo que debo llevar a mis hombres a la acción cuando se agoten las tratativas.

Mientras los vigilantes, que debían salir de franco a medianoche, se apiñan impacientes en los pasillos del edificio de la calle Moreno, en otro lugar se reúnen las 62 organizaciones. Allí se produce un incidente cuando Cardoso le susurra a Borro en medio del plenario si no es posible levantar la huelga. Uno de los delegados de la carne lo increpó y quería abofetearlo.

LA PATRIA LA DEFIENDEN LOS TRABAJADORES

A las dos de la mañana suena el teléfono, la Subsecretaría de Defensa llama a la comisión directiva del frigorífico para mantener un diálogo. Concurren acompañados de tres dirigentes de las 62: Amado Olmos. Avelino Fernández y Jorge Di Pasquale. Son las tres dela mañana. Junto al subsecretario de Defensa hay otros miembros de las fuerzas armadas. Le comunican a los gremialistas que los han llamado para informarles que de persistir la huelga se movilizará a los obreros del frigorífico como se hizo con los petroleros y los ferroviarios. El secretario general del gremio del Lisandro los increpa:

“Pero ustedes señores visten el uniforme que tiene que servir igual que las armas para defender la soberanía. Cómo pueden ser cómplices de un traidor a la patria que viaja a los Estados Unidos a entregar nuestras riquezas. Y ustedes especialmente, ustedes los de ejército que han heredado un uniforme que ha servido para liberar a otros países americanos, ustedes rapan y movilizan a los trabajadores y avalan la traición de un gobernante que es antipatria.”

Durante 1 hora los militares escucharon sin mosquearse. Claro, los tanques en ese momento avanzaban hacia el Frigorífico; el encuentro no era más que una maniobra de dispersión para apartar a los dirigentes del frigorífico.

A los 10 minutos de regresar al plenario de las 62 llaman desde el frigorífico anunciando que los tanques estaban volteando las puertas. El “lobo” Vandor fue el primero en levantarse gritando huelga general. Borro siente la necesidad de aclararlo: “Yo no sé si detrás de esto él pensaba que podía capitalizar la huelga o si por ahí estaba en algo que nosotros no estábamos. Pero fue el que gritó huelga; Olmos y Gazera se levantaron inmediatamente apoyándolo”. Se aprobó la propuesta. Una huelga que superaba los marcos quietistas de los paros simbólicos porque se la planteaba por tiempo indeterminado. El Mucs se sumaría a la medida de fuerza, sin llegar tan lejos, decretando solo un paro por cuarenta y ocho horas. Hasta las 32 tendrán que adherirse porque a decir verdad, la ciudad comenzaba a pararse sola. En algunos gremios, lostrabajadores rebalsaban a las conducciones reticentes al paro.

 LOS TANQUES CONTRA EL PUEBLO

Hasta el diario La Nación reconocerá que jamás se vio una cantidad de fuerzas tan variadas como las utilizadas en el asalto al frigorífico.
A las 4 de la mañana la columna de cuatro tanques pesados Sherman, 20 ómnibus policiales, decenas de jeeps con soldados provistos de ametralladoras, avanza hacia el portón de entrada del frigorífico. Adentro, los trabajadores aún aguardan a los dirigentes del gremio que habían salido a realizar gestiones.Por los altavoces colocados, los trabajadores se dirigen a las fuerzas represivas pidiendo: “No hagan fuego, los obreros también somos de carne y hueso, los tanques deben emplearse para cuidar los intereses de la patria.”Nueve mil gargantas emocionadas entonan el himno. El tanque que encabeza la columna es conducido por un teniente que años más tarde volverá a la escena pública, ya general, Cáceres Monié. Maniobra para colocarse frente a la puerta cerrada por gruesas cadenas. En el preciso instante que un Viva Perón estremece el aire el blindado arremete volteando el portón. Algunos obreros corren para subirse al tanque, pero una ráfaga de ametralladora los detiene. Desde la calle una usina de los bomberos ilumina el interior del frigorífico. Los tanques penetran hacia el centro y las tropas a la carrera se distribuyen en las varias manzanas del matadero y las cámaras. Los amagos de resistencia se desvanecen ante la metralla. La falta de organización impide una resistencia adecuada y el coraje solo, se estrella contra los blindados.

Durante mucho tiempo los obreros trataron de explicarse porque falló el arma que habían preparado para contrarrestar el ataque: 5.000 vacunos que serían soltados cuando se produjera el asalto. Según las fuerzas de seguridad los vacunos fueron soltados, pero demasiado tarde; cuando ya se había ocupado posiciones en el interior, lo que permitió mantener a raya el ganado a fuerza de los disparos que lo amedrentaron haciéndolos entrar nuevamente en los corralones.

Afuera, particulares con brazaletes para su reconocimiento —empleados de investigaciones— recorrían con ametralladoras portátiles en posición de tiro y contenían a quienes querían entrar al Frigorífico para unirse a los obreros. Entre los pistoletazos de los lanzagases se escuchaban otros de pequeño calibre que provenían de quienes mantenían la resistencia.

Poco a poco, la superioridad militar se fue imponiendo, ante la falta de organización de la resistencia. El Frigorífico se iba vaciando de obreros que saltaban las alambradas. La atmósfera saturada por los gases era irrespirable.

LA LUCHA SE EXTIENDE

Pero las fuerzas represivas debieron solicitar refuerzos. Mataderos hervía de indignación. A las barricadas, levantadas por los primeros vecinos que saltaron de la cama, se sumaban cada hora más patriotas. Los locales de la UCRI de Mataderos fueron totalmente destrozados. El gobierno decidió inaugurar su última adquisición: el luego conocido y bautizado Neptuno. La represión de gas, agua y tiros al aire,fueron contestados por intensas pedreas.

El hospital Salaberry no dio abasto, también ingresó un vecino con un proyectil en el bajo vientre que después falleció. Inexplicablemente la única víctima mortal.

Durante todo el día y los siguientes, la resistencia no cedió. Dos ómnibus dela línea 114 son incendiados por un grupo de manifestantes que les arrojan pasto seco y papeles, prendiéndoles fuego. Los miguelitos hacen el resto destrozando las cubiertas de los ómnibus. El lunes y el martes la ciudad se paraliza por la huelga más activa de muchos años.

No obstante las 62, desorganizadas, quebradas por la falta de organización que reemplace a los mejores dirigentes presos, y drenada por muchos sindicatos quese asustan de la determinación de parar por tiempo indeterminado, levantan la huelga al tercer día. Sin embargo, en la zona de Berisso, Dock Sud, Mataderos,Avellaneda, el paro se mantiene por unos días más. Las cárceles y los barcos se llenan de presos gremiales y políticos.

LOS QUE LUCHAN Y LOS QUE LLORAN

Mientras tanto Arturo Frondizi pisa suelo norteamericano y se confunde en un abrazo con los gobernantes yankis. Responde un reportaje que luego distribuirá por el mundo la Agencia AP.

Charleston, Carolina del Sur, 19, (AP). El Presidente de la Argentina dijo hoy a su llegada a esta ciudad que no está preocupado por la estabilidad de su gobierno,que encara una ola de huelgas. No tengo preocupación alguna, declaró.

Manifestó que la detención de cientos de huelguistas, de lo que se informó en Buenos Aires, antes de su partida, acaeció en realidad durante la noche anterior a su viaje. El gobernante argentino calificó la ola de paros de golpe comunista-peronista. Interrogado sobre la estabilidad de su régimen, Frondizi respondió: “No podemos proveer el futuro”.

El futuro se comenzó a revelar muy pronto. Las bombas atruenan noche a noche;la línea divisoria en el peronismo entre los que lloran y los que luchan se va haciendo cada vez más nítida. El Gobierno impotente recurrirá a la aplicación del CONINTES transformando el país en una cárcel. Y el pueblo seguirá analizando esa huelga del 59 hasta sacar las conclusiones que permitan calibrarla acción contra el régimen.

REVISTA EL DESCAMISADO, ENERO DE 2014 – SEBASTIAN BORRO, HISTORICO DIRIGENTE SINDICAL Y HEROE DE LA RESISTENCIA PERONISTA

A los 83 años, un 16 de junio de 2005, enfermo de un cáncer de próstata controlado y a raíz de una bronconeumonia que se asocio a su tristeza por la muerte de su hermana Amelia, falleciò quien fuera un gran dirigente sindical del Sindicato de la Carne, hèroe de la resistencia peronista y formador de nuevas generaciones de militantes. Dejò tres hijos, Ricardo, Omar y Carmen y ocho nietos que lo adoraban.

Sebastián Borro, hijo de un libanés, fue delegado general del Frigorífico estatal Lisandro De la Torre -que dio nombre al barrio de Mataderos- durante la larga huelga insurrecional que resistió a su privatización(1959) así como uno de los principales héroes de la llamada Resistencia Peronista. Posteriormente fue diputado nacional electo en las elecciones anuladas por el presidente Arturo Fronzidi (1962), dirigente de la CGT de los Argentinos (1968),participante del charter que trajo a Perón definitivamente a la Argentina (1973),fundador y dirigente del Partido Peronista Auténtico (1975), y finalmente concejal de la Ciudad de Buenos Aires.

Sebastián Borro joven dirigente del gremio de la Carne, toma el Frigorífico Lisandro de la Torre,(barrio de Mataderos) y luego de una fuerte represión con tanques, es desalojado junto a los compañeros y el Frigorífico Nacional es privatizado por Frondizi entregándoselo a la CAP(Corporación Argentina de Productores) controlado por los ganaderos(privatización en aplicación del primer Plan de Estabilización elaborado por elFMI, año 1959, historia constante y recurrente de los gobiernos cipayos que se sucedieron después del golpe de 1955). Sebastián Borro con otros compañeros peronistas, Jorge Di Pascuale, Ismael Alí, Armando Cabo, Felipe Vallese y muchos más, son trasladados y embarcados en el BDT1 y en el BDT2, barcos de transportes de la Marina.

En el año 1960 el desgobierno de Frondizi pone en vigencia el Plan Conintes (Conmoción Interna del Estado) según dice para combatir el terrorismo, por supuesto que con esto se quería legalizar la represión del Movimiento Peronista y en especial de los trabajadores que durante el año 1959 realizaron entre los distintos gremios casi 138 días de huelgas en la Capital Federal.

Es un deber recordar a los compañeros que ocuparon el Frigorífico Lisandro de la Torre para evitar su entrega y privatización en enero de 1959 al grito de ¡Patria Si, Colonia no! Entre ellos vale la pena recordar estaban: Sebastián Borro, Avelino Fernández, Gustavo Rearte, Jorge Di Pascuale y mi querido amigo Cacho El Kadri. Y como se siguió resistiendo a la entrega del país, el gobernante de turno impuesto desde el Norte -Frondizi- instrumentó el Plan Conintes que nuevamente atiborró las prisiones de patriotas. (RobertoBaschetti)

Sebastian Borro, junto a Avelino Fernandez y John William Cooke estará identificado contra la ignominiosa entrega al extranjero de nuestro patrimonio y levantando esa calificación inmejorable del peronismo como el hecho maldito de la política burguesa argentina. (Floreal Ferrara)

Sebastián Borro estuvo preso en Río Gallegos por otra huelga que se hizo en 1956. Nos carteábamos, ya que Borro trabajaba en el mismo taller. Era tornero. Lo soltaron en el 56 y siguió trabajando en el frigorífico. En ese año quedaron 500 cesantes y después ya en el 59 fue una huelga muy dura, muchos muchachos estuvieron sin trabajo. El paro nunca se levantó, se pierde la huelga. Hubo muchos compañeros que retomaron el trabajo en el frigorífico, otros decidimos continuar la huelga. Yo salí y no entré más y en marzo me dejaron cesante. (Omar Sedeno, un viejo vecino del barrio)

El frigorifico Lisandro de la Torre, permitía al Estado Nacional argentino recuperar una gran cantidad de divisas provenientes de su cuota de exportación. Pero Frondizi tenía una política ligada a los intereses de un grupo oligárquico conectado a la política comercial de los EEUU y de Inglaterra, y por eso sufrimos intrigas y persecuciones. (Sebastián Borro).

Su nombre es paradigmático de esa época, junto con Avelino Fernández, Andrés Framini, Jorge Di Pasquale y Armando Cabo. En esos tiempos los compañeros –que tenían prohibido nombrar a Perón por el decreto 4161– se expresaban a través de metáforas: el tango “Fumando espero” olas “no me olvides”, las flores azules a las que recurrió Arturo Jauretche para un poema. Eran guiños para entendidos. Uno de esos entendidos era Borro, el mismo que fue testigo del bombardeo a la Plaza de Mayo. Nunca pudo olvidar esas imágenes:“En el primer momento ellos ponen la bandera blanca y la gente grita: Pe-rón,Pe-rón, y cuando van cruzando la calle, la ráfaga de ametralladora otra vez”,contó hace unos años en un reportaje. “…El grito de “Pe-ròn, Pe-ròn” y “Patria Sì, Colonia No”, son las dos mas maravillosas canciones creadas por el movimiento popular…”

Hoy al cumplirse un nuevo aniversario de aquella gesta patriotica iniciada un 15 de enero de 1959, va nuestro homenajeal gran Sebastiàn Borro.

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