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PORQUÉ Y PARA QUÉ UN VOTO BLANCO Y/O UN VOTO OPOSITOR.

«…el poder económico y el poder de fuego son monopolios sagrados en ese mundo de pequeños déspotas sin cabeza, de arcángeles blindados que vigilan la insumisión de las masas hambreadas, de adoradores de fetiches, de payasos solemnes, de respetuosos de la respetabilidad, de púrpuras y togas tendidas para que no se vean las verdades peligrosas…»
John W. Cooke, Publicado en «Marcha», 1967.
1. El sistema político argentino se ha deteriorado y corrompido aceleradamente tanto en términos de representación genuina como de discusión y elaboración de propuestas de políticas innovadoras y modernizadoras. Una especie de sentimiento de pérdida de futuro se expande de manera creciente en amplios sectores de la población, mientras una minoría se regodea concentrando riquezas de forma arrolladora desinteresándose del bienestar general. En este sistema político no hay lugar para la esperanza, sino sólo para la complacencia, la indiferencia o la desesperación.
Todo este mecanismo esta sostenido en un impresionante aparato de presión ideológica y represión, que pretende demostrar lo indemostrable. Es en el área económica, especialmente, donde el manejo de las cifras ha conseguido generar confusiones, ocultando la realidad que se manifiesta en una creciente injusticia social.
Una urbanización caótica sin criterios de eficacia, consecuencia en gran medida de los impactos sociales y económicos producto del desguace de la logística estatal y de la expansión de una agricultura industrial, de base agrotóxica, que además de degradar el potencial productivo de extensos territorios, expulsa población rural y concentra más aún la tierra en pocas manos. Enmarcado todo este escenario en un endeudamiento externo sin solución de continuidad desde 1976 a la fecha, de base ilegítima, ilegal y fraudulenta, homologado por TODOS los gobiernos hasta estos días.
2. En esta perspectiva, el Bloque “Estado – Monopolios” ejecuta sus planes en una situación económica recesiva, y ante la ausencia de una fuerza política mayoritaria que exprese otro modelo de Nación. En términos reales, es posible estimar que el gobierno de Macri no llega a aglutinar fuerzas más allá de un 25 % del padrón electoral nacional, ergo, algo más del 30% de los votos positivos emitidos. La segunda minoría, de similares guarismos, atraviesa un profundo proceso de transfiguración signado por el estertor del kirchnerismo y el desbande generalizado. El Frente Renovador más la anomalía Randazzo no llegan a subirse a la disputa y terminan co-gobernando con el “partido estatal”. En definitiva, facciones débiles de una totalidad ya extinguida en una disputa canibalesca entre “Mariscales de la Derrota”. Sin embargo, simultáneamente a estos síntomas mórbidos, comienzan a manifestarse de abajo hacia arriba, nuevos signos de vitalidad en ciertos distritos y provincias de una nueva militancia peronista cuestionadora del cadavérico PJ de las últimas décadas como así también en otros sectores afines de un movimiento nacional en ciernes. Es un proceso incipiente y disperso aunque irreversible dada la magnitud de la crisis, en el que el rol político del sindicalismo jugará un papel preponderante.
3. Si a este cuadro de situación le sumamos el tercio de la población restante que expectante, se refleja en las estadísticas electorales como ausentes, voto blanco y nulo, asistimos de este modo a un escenario dominado por una doble exigencia. Por un lado, una genuina representatividad en amplios sectores de la población, organizada en torno a una participación protagónica; y por otro, una nueva institucionalización de las cuestiones de trabajo y de la producción, basadas en las reales potencialidades de nuestra dotación natural, ventajas comparativas de nuestros territorios, y en la calidad de recursos humanos que perduran en millones de compatriotas ansiosos por integrarse a un nuevo ciclo de expansión de nuestras fuerzas productivas con equidad y justicia social.
4. Aquellos fueros de justicia social y soberanía que otrora supimos conseguir han sido derogados primero a punta de fusil y luego con ardides planificados “democráticamente”. El desarrollo primario capitalista en que ha quedada integrada la Nación en un modelo al servicio de los monopolios ya ha agotado sus capacidades expansivas. Se acabaron “las sintonías finas” o “las inversiones del exterior”. Este colapso a la vista de todos sólo puede generar más deterioro aunque las “camisetas” y los discursos cambien.
Hay que alterar el rumbo y las finalidades, lo que requiere esfuerzo y compromiso, y sobre todo una forma de ORGANIZACION política que proclame y sostenga un nuevo programa de acción de gobierno con criterio amplio y receptivo de una realidad social y política por demás compleja frente a la cual no caben sectarismos inconducentes y por sobre todo ineficaces.
5. Bajo estas premisas asumimos que hoy no existe una fuerza política de alcance nacional con la suficiente envergadura para plantear y poner en discusión una propuesta en la arena electoral que controvierta el actual rumbo y estado de cosas. No es casual y sí por el contrario sintomático que en la campaña electoral no se haya puesto en discusión ni una sola idea programática transformadora de alcance nacional por parte de los candidatos más visibles. En todo caso la discusión es acerca de cómo se administra lo existente, semestre a semestre.
En esta perspectiva, en principio entendemos que ninguna de las expresiones electorales que hoy hegemonizan el espectro simbólico del peronismo conservan la autoridad política y moral necesaria para ser merecedoras de la confianza al momento del voto ciudadano a efectos de confrontar con el actual gobierno nacional. Nada puede esperarse de L@S MARISCALES DE LA DERROTA de cerebro marchito y corazón intimidado, condenados por su pasado y por su presente, únicos responsables de que hoy el Presidente de la Nación resulte ser Mauricio Macri.
De este modo y si se trata de expresar el malestar frente a la aceleración de la continua entrega del patrimonio inalienable de la Nación, el atropello de históricas conquistas sociales, la concentración de la riqueza, y el deterioro continuo de la calidad de vida, nuestra respuesta es VOTO BLANCO, pero no de resignación o indiferencia, sino rebosante de esperanzas en el seguro resurgimiento de un nuevo momento político y organizativo del Movimiento Nacional.
Sin embargo, también asumimos como decíamos más arriba que en simultáneo comienzan a manifestarse de abajo hacia arriba, nuevos signos de vitalidad en ciertos distritos y provincias de una nueva militancia, en un proceso incipiente y disperso aunque irreversible dada la magnitud de la crisis.
Entendemos que para el caso de aquellos compañeros que en términos distritales o provinciales han sabido construir y consolidar una genuina representatividad con repercusión en la disputa electoral, manteniendo bien en alto básicas definiciones de un peronismo de Liberación, su participación electoral opositora al gobierno nacional resulta por demás auspiciosa y reconfortante. Así lo entendemos y vaya entonces nuestro apoyo y solidaridad, en la certeza de que más temprano que tarde estaremos hermanados en una nueva confluencia de voluntades de alcance nacional.
Buenos Aires, Octubre, 2017.
Movimiento Peronista Auténtico – MPA

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