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ESTE AJUSTE SOLO TRAE HAMBRE, MISERIA Y DESOCUPACION. SIN TRABAJADORES NO HAY PATRIA.

“…En el territorio más rico de la tierra vive un Pueblo pobre, mal nutrido y con salarios de hambre. Hasta que los argentinos no recuperemos para la Nación y el Pueblo el dominio de nuestras riquezas, no seremos una Nación soberana ni un Pueblo Feliz…”

(Arturo Jauretche).

Hablemos claro, sin estridencias ni discursos desorbitados. Claramente, se observa un proceso dominante, socioeconómico y político, que posibilita hasta hoy y al parecer sin solución de continuidad, una irritante concentración de la riqueza en muy pocas manos; con una correlativa condena a una vida de extrema pobreza e indigencia a amplios sectores de la población, enmascarada en parte por la implementación de una política presuntamente distributiva del ingreso nacional, NO de la riqueza y ni mucho menos de las oportunidades.

Claramente, se observa un cambio posibilitado por el manejo perverso de la tecnología ahorradora de mano de obra e instrumento de la concentración de la riqueza, cuyos efectos sobre la mayoría de los habitantes de nuestro País, aun pueden ser mantenidos semiocultos por apabullantes discursos de progreso y promesas de un futuro venturoso.

Los propietarios y rentistas del poder económico oligárquico mantienen sus privilegios a buen resguardo hacia el largo plazo, a costa de millones de excluidos así como de la destrucción de una parte altamente significativa de los ecosistemas, y del sometimiento de la economía nacional a un mercantilismo primario. Es rotundamente falso que todo este estado de cosas no pueda ser modificado.

Es rotundamente inaceptable que tengamos que darnos por satisfecho en cuanto a las expectativas y esperanzas de una calidad de vida DIGNA para todo el PUEBLO con estas “migajas superiores” y que por cuenta gotas vienen siendo implementadas para aflojar tensiones sociales, posibilitadas por los resultados de “metas abstractas de la economía”.

No existen relaciones de fuerzas imperturbables o estáticas que supongan que debemos aceptar acrítica y pasivamente que la minoría dominante y genocida, que por acción u omisión, “traba el desarrollo de las fuerzas productivas, explotan al PUEBLO y disgregan la Nación” (1) mantenga a buen resguardo sus intereses mal habidos, sus negocios ilegítimos y/o ilegales, y una irritante apropiación de excedentes. Por el contrario, conservamos un territorio nacional, con atributos geográficos, calidad en recursos humanos, infraestructura productiva y de servicios, así como las oportunidades que conllevan, con holgada suficiencia y eficacia para satisfacer una elevada calidad de vida a todos los habitantes de nuestra Patria. En otras palabras, no está escrito en ningún lado y ni mucho menos es una calamidad caída del cielo que debemos aceptar esto niveles insoportables de injusticia e inequidad social y de entrega de Soberanía.

Y seamos más claros aún; esto es directa consecuencia de que la forma de hacer política no ha variado sustancialmente respecto a los anteriores gobiernos constitucionales.

El otrora sueño industrialista argentino sucumbió ante la dictadura oligárquico-militar con Martinez de Hoz y Videla-Massera-Agosti a la cabeza. La “sociedad del empate” fue “desaparecida” con su tejido social incluido. El arrollador cambio tecnológico fue usado como un instrumento para reconfigurar por completo la discusión política nacional. No obstante ello, podemos asumir que en el País aún están presentes: potenciales industrias nacionales básicas; excelentes recursos humanos y naturales, con extensas superficies aptas para la producción agropecuaria y agroindustrial, si bien en un alarmante y creciente vacío territorial.

Claramente, como elementos negativos, observamos la consolidación del aumento de la superficie cultivada con soja y maíz transgénicos, con una criminal actitud de envenenamiento de poblaciones enteras en búsqueda de la maximización de la renta empresarial a cualquier costo, y con algunos otros cultivos que en menor escala, tienen como principal destino el mercado externo, desplazando otras actividades productivas que tenían como destino principal el mercado interno. Una lectura lineal, lleva a la conclusión de que los decisores de la política en general y de la agraria en particular, renunciaron al uso del recurso tierra como instrumento idóneo para la generación de una ocupación digna y estable para el pueblo trabajador.

Este sector territorial y económico implementado en el marco de un nuevo Proyecto Nacional debería tener como principal objetivo la erradicación del hambre, la desnutrición, la pobreza y la exclusión.

En este marco, es absurdo y muy poco serio exigirles desde la Presidencia de la Nación a los trabajadores organizados que no luchen por ocupación genuina, mejores salarios, paritarias sin techo y dignas condiciones de trabajo.

Ha pasado casi un año desde la multitudinaria movilización del 29/04/2016 al Monumento al Trabajo en la que los trabajadores de todo el país ratificáramos en un contundente acto, que no estábamos dispuestos a convertirnos mansamente en la variable del ajuste que viene implementando el gobierno nacional sobre el conjunto del pueblo. Durante este tiempo transcurrido, no sólo no se ha dado ni una sola respuesta a los reclamos y planteos esgrimidos desde las organizaciones sindicales, sino que por el contrario la situación para las familias trabajadoras y por lo tanto para el país en su conjunto, ha empeorado notablemente.

Al inocultable crecimiento del desempleo que arroja cifras de millones de compatriotas sin acceso al trabajo genuino, se le suman aquellos cuyo trabajo está en “negro” o precarizado (situación en la que hoy se encuentran mas de 8 millones de compatriotas) así como en los últimos meses, hemos visto como se viene sucediendo una ola de despidos y suspensiones en todas las ramas de la producción e incluso decenas de empresas y fábricas entre muchos otros ejemplos de unidades productivas que cierran sus puertas dejando cientos de familias en la calle, frente a la pasividad del Ministerio de Trabajo y la complicidad de muchos dirigentes sindicales aliados imperdonablemente a las patronales, que traicionan su deber frente a los trabajadores que dicen representar.

No podemos más que sentirnos agraviados en nuestra dignidad humana y flagelados en nuestros derechos. Desde este estado de conciencia tomamos la posta en donde otros la dejaron y levantamos viejas banderas de una lucha, asumiéndolas como estandartes de las nuevas generaciones de una clase trabajadora nacional eternamente resurgente y fatalmente insurgente

Por todas las razones mencionadas, como Trabajadores, y Militantes Populares nos adherimos activamente a la movilización convocada por el Movimiento Obrero para este 7 de marzo próximo al Ministerio de Industria y Producción.

Por el futuro de nuestros hijos, por la dignidad de la clase trabajadora, por el país que soñaron y defendieron nuestros padres y abuelos, y convencidos como dijera el general San Martin: “Cuando la Patria está en peligro todo está permitido, excepto no defenderla”

Se lo dijimos a los saqueadores que se fueron, se lo decimos a los CEOS ajustadores seriales que llegaron

SIN TRABAJADORES NO HAY PATRIA.

Movimiento Peronista Autentico – MPA.

www.movimientoperonistaautentico.com.ar

(1) Carta abierta a la Junta Militar, Rodolfo Walsh, 24/03/1977)

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